Tradicionalmente la empresa ha jugado un rol paternalista de protección a sus empleados. En ella estos han encontrado las herramientas adecuadas para formarse y desarrollar todo su potencial. Con la llegada de la revolución 2.0 y el uso de las redes sociales, se plantea un reto importantísimo para los empleados, esto es, gestionar su propia reputación y networking.
Cinco Días 26 de Noviembre de 2011
Tanto los profesionales como las empresas se encuentran en estos momentos continuamente expuestos a la opinión pública. La empresa siempre ha mirado de salvaguardar su reputación. Ahora los tiempos han cambiado y no solo las empresas son responsables de conservar una excelente imagen, sino que el propio empleado debe estar en alerta, no solo como representante de la empresa sino también por su propio interés, por conservar una buena reputación personal, ya que esta puede ser fácilmente puesta en duda a través de la difusión de las redes sociales.
El buen profesional, a partir de ahora, debe tener en cuenta como mínimo cuatro puntos para gestionar su propia reputación y generar su propia marca personal. Veamos.
En primer lugar, debe aprovechar los múltiples canales de información de que dispone para estar al día, no solo partir de las oportunidades surgidas a través la empresa.
En segundo lugar, si no quiere perder el tren, debe estar en permanente proceso de formación. Para ello, debe tener en cuenta la gran cantidad de cursos que ofrece la red, en paralelo a los cursos de formación que proporcione la empresa. Con la gran oferta de candidatos disponibles en el mercado laboral, no puede permitirse quedarse atrás en conocimientos.
Además, debe ser capaz de gestionar su propio networking. Este punto es cada vez más importante tanto para desarrollar el negocio de las empresas como para la carrera profesional del propio empleado.
Y por último, aunque no por ello menos importante, el buen profesional deberá vigilar su propia reputación haciendo buen uso de las redes sociales y evitando cualquier tipo de acción que al difundirse pudiera poner en riesgo su propia marca personal o la de la empresa.
Prueba de que los tiempos han cambiado es que prácticamente podemos afirmar que el profesional dispone casi de más tecnología en su propio domicilio que en la propia empresa. Es por ello que ahora mismo las empresas ya no solo esperan que el empleado haga un buen uso de los medios informáticos puestos a su disposición en su lugar de trabajo, sino que confían en que estos harán un uso correcto de toda la tecnología disponible que nos rodea y de la gran cantidad de información que nos llega. Este es un tema que las empresas deberán tener muy en cuenta.
Mientras tanto, los consultores en recursos humanos que nos dedicamos a selección de personal ya no solo pedimos referencias antes de contratar a alguien; ahora, además de ello, no olvidamos nunca escribir el nombre del propio candidato en Google para que la red nos cuente quién es y a qué se dedica... por si acaso.