Antes de mirar hacia fuera, observa lo que te rodea y analiza si alguna oportunidad interna te puede satisfacer y si tú podrías desempeñar dicho rol
Querido candidato:
Estamos a las puertas de acabar el año y tú, como tantos otros, te preguntas si estás en el lugar adecuado o deberías dar un giro y buscar empleo en 2018. Esta decisión solamente te corresponde a ti, debes analizar qué te aporta tu actual trabajo, pero considero que sería un error evaluar únicamente las características del puesto. Opino que para tomar una decisión con mayores argumentos vale la pena cuestionarse si la empresa que te contrata cumple con tus expectativas, porque de ser así, creo que sería más adecuado y prudente, antes de mirar hacia fuera, observar lo que te rodea y analizar si alguna oportunidad interna te puede satisfacer y, naturalmente, si tú podrías desempeñar dicho rol.
Debo aclarar que los seleccionadores y empresarios continúan otorgando mucha importancia a la estabilidad en un currículum, pero a su vez valoran la polivalencia y adquisición de nuevos conocimientos entre los candidatos. ¿Qué mejor manera para conseguir un CV variado, pero a la vez estable, que aprovechando las oportunidades laborales internas?
Consejos para promoción interna
Teniendo en cuenta todo lo anterior, si, tras tu análisis, decides que vale la pena apostar por la empresa en la que te encuentras, déjame darte 7 consejos para guiar tu proceso:
1. Atención a las vacantes. Te sorprendería descubrir cuántos candidatos desconocen dónde se publicitan las vacantes en sus respectivas empresas. Piensa que las vacantes tanto se pueden publicitar al exterior, en un portal como el de InfoJobs o en la página web corporativa, como internamente, a través de la intranet. Te sugiero estar atento y hacer búsquedas periódicas a través de diversas fuentes.
2. Saca partido tanto de los pros como de los contras. Recuerda que en buena parte de las vacantes competirás contra candidatos externos. Por ello, partes de una enorme ventaja: ya te conocen y, si has trabajado bien, automáticamente el hecho de ser de la casa te sitúa en una muy buena posición respecto a tus contrincantes. Sin embargo, si tan bueno eres en el rol actual, quizás tampoco querrán que dejes el puesto libre. Hablamos por tanto de un arma de doble filo: deberás demostrar con creces que serás aún mejor en el nuevo puesto y preparar tus habilidades a conciencia. Y si piensas que quizás no estás suficientemente preparado, antes deberás formarte debidamente.
3. Comunícalo a las personas adecuadas. Estudia el entorno, busca las personas de confianza para transmitirles que te gustaría optar por un nuevo puesto en la empresa. Si tienes confianza con tu jefe, se lo puedes decir, pero de no ser así, deberás buscar otros confesores, como por ejemplo el equipo de Recursos Humanos. Por ellos suelen pasar todas las vacantes y antes de ofrecer un puesto a un externo, estarán encantados de pensar en un candidato a quien poder fidelizar. Para ello, deberán conocer tus intenciones, porque si no se las comunicas, difícilmente pensarán en ti.
4. Oportunidades en otros países. En un mundo cada vez más globalizado, abriremos oportunidades si tenemos en cuenta la posibilidad de aceptar un traslado a la filial situada en otro país, siempre que trabajes en entornos multinacionales. En caso de contemplar algo así, no olvides analizar si tienes suficiente nivel del idioma del país de destino (que todo el mundo habla inglés en el extranjero a veces no es tan cierto). Poder hablar la lengua del país de destino es un plus muy importante a la hora de optar a una vacante en el extranjero.
5. Periodo de transición. Es muy posible que, si consigues ser el elegido para cubrir una vacante interna, tengas que pasar unos meses en período de transición, es decir, enseñando a tu sustituto a la vez que te adaptas a tu nuevo puesto. Si la vacante que dejas es única, más difícil lo tendrás para soltar lastre y desvincularte de tu antiguo puesto. Debes dejar claro en la empresa que pueden contar contigo para hacer una buena transición y ser consciente de que las primeras semanas, incluso meses, pueden ser muy duros por las exigencias de estar trabajando a dos bandas.
6. Difícilmente hay vuelta atrás. La realidad que he visto en los años que llevo trabajando en Recursos Humanos es que una vez aceptas un nuevo puesto en la misma empresa, no vale arrepentirse. Normalmente es muy difícil rebobinar y volver al anterior rol si nos equivocamos, pues éste ya estará cubierto por otra persona. Es por ello que te recomiendo informarte muy bien de dónde irás a parar: quién será tu jefe, cómo se te va a evaluar, cuáles serán tus compañeros, qué se te exigirá… Nadie mejor que tú, dentro de la propia empresa, puede obtener información más privilegiada para tomar una decisión con los mínimos riesgos.
7. No olvides la opción de intraprender. A veces puedes ser tú quien cree su propio puesto de trabajo en la misma empresa. Esta idea merece un capítulo aparte, pero simplemente quiero apuntar que no hay que esperar sentado eternamente a que se materialicen vacantes internas: analiza oportunidades de mercado, de desarrollo de nuevas líneas de negocio, por ejemplo, que puedan justificar la creación de un nuevo puesto, o incluso departamento. Si tienes la habilidad de proponerlo tú, ¿quién mejor que tú mismo para desarrollarlo y convertirlo en una realidad?
En definitiva, abre los ojos dentro antes de perder la mirada hacia fuera, quizás se nos escapan grandes oportunidades que nunca llegamos a imaginar.