¿Estudias y trabajas?

Me pregunto cómo hemos podido pasar casi sin darnos cuenta de la clásica pregunta ¿estudias o trabajas? A la sentencia ni estudio ni trabajo (los famosos ni-ni, antes por convicción y que en la época actual lo son por obligación)

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La Vanguardia, 21 de Abril de 2013 | ver artículo

Tengo la teoría de que nos hemos dejado un paso intermedio por el camino, esto es el estudias y trabajas, un planteamiento que hubiera sido muy necesario para evitar la terrible situación de desempleo juvenil actual (recordemos que la tasa de jóvenes sin ocupación se situó en el 55,1% a finales de 2012, según la Encuesta de Población Activa) y que parece que el Gobierno está ahora contemplando.

Entre las cien medidas dirigidas a combatir el desempleo entre los jóvenes – incluidas en la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016 – figura extender la formación profesional con alternancia en el empleo, o formación profesional dual, en convivencia con el actual sistema de formación profesional.

Este modelo dual pretende conseguir la cualificación profesional de los trabajadores, combinando procesos de enseñanza y aprendizaje tanto en la empresa como en el centro de formación. Un modelo similar ha tenido gran éxito y aceptación en países como Alemania, Austria o Suiza, donde lleva funcionando hace muchos años. Constituye la primera toma de contacto de los jóvenes con el mundo laboral y para muchos representa la posibilidad real de obtener un primer empleo, en un país como Alemania donde la tasa de desempleo juvenil se sitúa en el 7%.

Se trata de un modelo que tiene su origen en el concepto de las estructuras gremiales de la edad media, en que un maestro enseña un oficio a un aprendiz. Para ello los estudiantes destinan, repartidos a lo largo de tres años, dos tercios del tiempo a trabajar en una empresa rotando por sus distintos departamentos y conociendo el negocio a fondo, integrados como si fueran un trabajador más y además cobrando por ello. Tras acabar dicho periodo de intensa preparación, un buen número de ellos son incorporados directamente por la misma empresa en la que han desarrollado su proceso de aprendizaje.

En Alemania la formación profesional incluye más de 300 profesiones, tan distintas como empleado de banca, sastre, administrativo, mecánico, óptico, jardinero o pintor.

Aprender un oficio a fondo, de la mano de un experto, a la vez que se estudia para ello, es la clave del sistema y, desde mi punto de vista, un modelo así en España sólo funcionará si esta premisa no se pierde de vista. Sin embargo, según el RD 1529/2012, únicamente se establece un mínimo del 33% del tiempo obligatorio en las empresas con una duración del ciclo hasta tres años, algo que equivale a una media de entre uno y dos días semanales, lo que de entrada parece insuficiente si lo que se pretende es facilitar la integración del estudiante en la empresa aunque se tiende a que sea ampliable.

Por un lado, ¿están las empresas españolas preparadas y dispuestas a destinar tiempo a formar a estos estudiantes y futuros trabajadores? La formación profesional dual exige tiempo de dedicación por parte de un instructor en la empresa y una estrecha relación con el centro educativo, con el fin de asegurar que el estudiante no se convierta en mano de obra barata que reciba los peores encargos. Cabe decir que en países como Alemania este sistema está muy arraigado y es muy respetado por los empresarios.

Por otro lado sería necesario concienciar a los padres para apostar por este sistema, en un país donde tradicionalmente la formación profesional no ha disfrutado de la mejor reputación. En España – donde hay un gran número de licenciados y diplomados universitarios y se ha tenido que recurrir a mano de obra extranjera para determinados oficios-, quizás valdría la pena dirigir las miradas hacia la nueva formación profesional dual.

Se trata de un modelo que puede tener muchísimas ventajas para paliar la falta de experiencia de los jóvenes y acortar distancias entre el mundo laboral y el académico, pero para cuyo éxito no bastará con un simple copiar y pegar del sistema alemán, seguido de unas pocas adaptaciones, sino que deberemos prepararnos muy a fondo, aún más que los propios estudiantes si cabe.

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