EL EMPLEADO ES EL REY: ESCUCHAR A LAS PERSONAS PARA TRANSFORMAR LAS ORGANIZACIONES

Muchas personas me han preguntado: ¿“El empleado es el rey”? ¿No es este un título un poco atrevido para tu nuevo libro? ¿Qué significa? ¿Debemos sucumbir los empresarios a todos los deseos de los empleados? ¿Es este el mundo del revés?

El empleado es el rey narra la historia de la transformación cultural de una compañía que podría ser cualquiera ante una realidad que estamos viviendo: cambios en el entorno laboral que venían ya de antes de la pandemia, no nos engañemos.

Tradicionalmente, las políticas en la gestión de personas se han materializado en protocolos y acciones que el departamento de recursos humanos, con el mejor criterio, ha elaborado para implementarlos en las compañías. Y, para llegar a ellos, básicamente ha tenido muy en cuenta las necesidades del negocio y de la empresa.

Esto ha funcionado, con mayor o peor grado de acierto, durante muchos años. Recursos humanos implementaba una serie de políticas con la esperanza de atraer a las personas a sus empresas, seleccionar el mejor talento y hacer crecer a los empleados para que aportaran lo mejor de sí mismos el máximo número de años posible. Este era, hasta ahora, el escenario ideal.

Muchas empresas no se habían planteado seriamente contemplar los deseos y las expectativas de sus empleados hasta hace muy poco, cuando las cosas se han empezado a poner más difíciles

Sin embargo, en esta ecuación, muchas empresas no se habían planteado seriamente contemplar los deseos y las expectativas de sus empleados hasta hace muy poco, cuando las cosas se han empezado a poner más difíciles, con todos los cambios que el mundo en general y, especialmente, el laboral están experimentando.

En el contexto actual, muchas cosas han cambiado en el mundo del trabajo. Fácilmente, podemos identificar algunos de los siguientes factores, a título de ejemplo. El poder de decisión ha pasado a manos del empleado. La nueva fuerza laboral no busca una larga carrera profesional en una única empresa, sino más bien múltiples experiencias. Las empresas compiten por los trabajadores con nuevos agentes que antes no entraban en juego: las start-ups. El empleado está a un clic de ser captado por cualquier otra empresa, incluso siendo un candidato pasivo que no busca trabajo específicamente.

Los comportamientos de las empresas están siendo constantemente analizados bajo lupa por sus empleados y candidatos, que cuentan con mayor acceso a todo tipo de información. A todo ello hay que sumar tantísimos cambios más, que llegarán con el avance de la robotización y de la inteligencia artificial.

Los comportamientos de las empresas están siendo constantemente analizados bajo lupa por sus empleados y candidatos, que cuentan con mayor acceso a todo tipo de información

El empleado es el rey cuenta la historia de una empresa que nota que algo está cambiando, ve como las nuevas generaciones de algún modo se le alejan y persigue una quimera: acercarse a ellas pensando, desde el prisma del empresario, en cosas que les pueden gustar. Sin embargo, solamente cuando es capaz de dar voz al empleado, ponerle en el centro y cambiar la perspectiva desde la que mira al mundo es capaz de llegar a una verdadera transformación, centrada en las personas.

Llegar hasta ahí requiere un proceso: no se forja de la noche a la mañana. Y este libro precisamente proporciona las claves para avanzar con éxito en ese camino mediante las herramientas de design thinking.

Cambiar el foco, a priori, puede parecer doloroso y arriesgado para un empresario o directivo, pues puede poner en peligro muchas cosas que hasta ahora han funcionado, incluso la propia autoridad. Este libro también habla de estos miedos y sentimientos, especialmente en el mundo de las personas, donde nada es exacto y no hay garantías de éxito. Aprender a experimentar y a moverse de forma natural entre la prueba y el error, con un verdadero interés por comprender las necesidades de las personas, conjugándolas con las necesidades del negocio, demuestra ser la mejor forma de emprender los cambios para marcar la diferencia.

Embarcarse en este viaje requiere valentía, innovación y visión para cualquier empresa, pues se trata de tomar asiento en una travesía, que no es en absoluto lineal, sino más bien movida, pero, eso sí, está llena de grandes oportunidades.

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