Empleabilidad versus coronavirus

Hace pocos días, recibí una llamada de una conocida. Me informaba muy contenta de que había entrado como finalista en un proceso de selección y que tenía muchas posibilidades de ser la elegida para el puesto.

Hacía apenas tres semanas, esta misma persona me había llamado para decirme que estaba pensando en tirar la toalla y empezar la búsqueda de un nuevo trabajo en septiembre. Estaba en situación de desempleo y muy desanimada al verse rodeada de unas circunstancias tan adversas y a la vez tristes, que naturalmente le afectaban en el plano emocional.

Intenté argumentarle por qué considero que, a pesar de todo, es momento de ponerse manos a la obra y no demorar la búsqueda de empleo. El resultado de ese intento me ha animado a escribir este artículo, con la esperanza de que pueda ser útil para otras personas:

1. No perder ninguna oportunidad

El tiempo vuela y las oportunidades también. Si no estamos preparados y atentos para aprovechar el momento en que surja una oportunidad, habrá otro que lo hará. Dejar pasar los meses para activarse en la búsqueda es ofrecer ventaja a otros candidatos, que entrarán en procesos de selección para cubrir vacantes que más adelante ya no estarán disponibles.

2. Entrar en bases de datos de cazatalentos

Los headhunters y los profesionales del mundo de la selección de personal, en general, están siendo en estos momentos más receptivos que nunca a la hora de realizar entrevistas, con el objetivo de conocer a potenciales candidatos, aunque no tengan una vacante definida. Están sembrando para un futuro cuando dispongan de más ofertas. Es momento de contactar con aquellos que puedan tener más tendencia a explorar determinados perfiles, ya sea por área funcional, sector o tipología de empresa.

3. Realizar networking virtual con contactos conocidos

Todavía hay muchas personas que continúan trabajando desde casa, y lo seguirán haciendo en los próximos meses. Teletrabajar implica un gran volumen de trabajo y muchas horas de dedicación, en muchos casos, pero también ofrece la ventaja de poder organizarse el tiempo, dentro de las obligaciones del día a día.

Está probado que las personas actualmente están más activas en el uso de las redes y el hecho de estar en casa supone una oportunidad de oro para preguntar a los contactos cómo están y entablar una conversación que, enfrascados en el bullicio de la oficina, es más difícil llevar a cabo. Vale la pena hacer una lista de personas conocidas y retomar el contacto, para comunicarles nuestra situación de búsqueda.

Sabemos que muchas ofertas de trabajo no se publican, sino que circulan por el mercado oculto. Cuantas más personas conozcan la situación de búsqueda, mayores oportunidades de llegar a posibles vacantes se generan.

4. Realizar networking virtual con contactos desconocidos

Es un buen momento para reflexionar sobre el futuro profesional e investigar qué empresas podrían ser buenos lugares para trabajar. Hacer una lista de compañías target, acotadas por criterios tan diversos como la tipología (familiar o multinacional), el sector, la geografía, el tamaño o los valores puede proporcionarnos un buen punto de partida para intentar contactar con personas que estén trabajando o que hayan trabajado allí, como modo de acercarnos a dichas compañías.

Existe la posibilidad de mandar un mensaje directo a algún perfil que hayamos identificado, idealmente alguien con poder de decisión, que pudiera ser capaz de introducirnos en esa empresa. No es fácil y no todo el mundo se halla receptivo ni está por la labor de contestar, pero a veces encontramos a personas que pueden hacer de puente y abrirnos puertas. Es interesante proponer cerrar una conversación telefónica, aunque sea de diez minutos, para poder presentarse debidamente y argumentar el interés.

Si un mensaje directo puede parecer demasiado invasivo, existe otra posibilidad más "sibilina" que también recomiendo: seguir a los perfiles más influyentes de dichas compañías por las redes, comentar sus publicaciones y obtener información para poder llegar a utilizarla, si cabe, para entablar una conversación.

5. No parar la búsqueda en un agosto atípico

Tradicionalmente, los meses de enero y septiembre siempre se han considerado los meses estrella para la búsqueda de trabajo, mientras que diciembre, julio y agosto son los más desaconsejables, debido al parón de las vacaciones y de las fiestas navideñas. Este año, me atrevo a vaticinar que agosto no será un mes de absoluto parón como otros años.

Muchas personas me han manifestado que harán pocos días de vacaciones y sus respectivas empresas trabajarán más que nunca. A diferencia de otros años, en que cuando se acercaba el verano se aconsejaba a los candidatos que se relajaran un poco y centraran sus esfuerzos en septiembre, este año no lo veo tan claro. Estimo que estar activo en la búsqueda de empleo en agosto no será perder el tiempo.

En definitiva, a pesar de las noticias tan negativas de estos últimos cuatro meses y de las dificultades económicas y de empleo que se desprenden y que seguirán afectando el mundo laboral en los próximos meses, quisiera lanzar un mensaje positivo, porque conozco a varias personas –yo incluida– que han encontrado trabajo en pleno confinamiento, completando procesos de selección que se han basado en entrevistas y en pruebas virtuales, sin ningún tipo de contacto físico.

Mientras tanto, es importante prepararse para ello, tanto en lo referente al propio entrenamiento para superar las entrevistas como para reforzar la propia empleabilidad, aprovechando el tiempo para formarnos en las nuevas tendencias de nuestras respectivas profesiones.

Si la salud lo permite –lo más importante–, son momentos para no parar.

No hay comentarios

Agregar comentario

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies