¿Por qué lo llaman “recomendación” cuando quieren decir “enchufe”?

A veces alguien te puede abrir las puertas a un puesto de trabajo

Querido candidato:

Hace un tiempo te quejabas de que, por culpa de un candidato “recomendado”, te quedaste a las puertas de conseguir un trabajo. Esto ha existido, existe y existirá toda la vida. Amiguismo, nepotismo, enchufes, contactos… los nombres son múltiples, la idea en el ámbito del empleo es la misma: conseguir un puesto de trabajo gracias a la acción de un tercero que te recomienda para un puesto de trabajo. En los tiempos que corren en que cualquier gasto se mira mucho, es habitual que los empresarios, antes de decidir emprender un proceso de selección, pregunten a su alrededor si alguien conoce a alguna persona para cubrir un puesto de trabajo. Hay personas que nunca en su vida han tenido que superar un proceso de selección porque han tenido la “suerte” de ser recomendadas de un puesto para otro. Los propios seleccionadores, cuando nos encargan un proceso, debemos tener un espacio reservado para compromisos varios que nos llegan de nuestros propios clientes, personas a la que entrevistar, a veces, simplemente por quedar bien con aquel que paga el proceso.

Ahora bien, en nuestro caso, en que nos jugamos mucho con una mala selección, debemos emitir una opinión neutra sobre la adecuación del candidato para el puesto. Por más querido, recomendado y admirado por un tercero influyente que sea el candidato, el seleccionador debe ser claro cuando éste no es adecuado para un puesto; otra cosa es que luego el cliente, haga caso omiso e igualmente decida incorporarlo.
Partiendo de esta base y viendo que hoy eres tú el que tiene esta oportunidad por delante (“colarte” en un proceso de selección por la puerta grande gracias a alguien que conoces), permíteme que te aconseje que no te relajes. Aprovecha el contacto, está clarísimo, es la forma de asegurarte de que tu CV será tomado en consideración. Ahora bien, te diría, si te puede ayudar, que hay dos cosas a recordar:

1) Controla en todo momento el envío de tu cv. Mándalo tú mismo y en ese correo, o incluso en el propio asunto, indica de parte de quién vienes claramente. ¡Cuántas veces he llamado a candidatos que no tenían ni idea de por qué vía me había llegado su CV,  ni siquiera tenían ningún interés por cambiar de trabajo! Por otro lado, sólo tú sabes cómo eres, qué buscas y por qué piensas que eres adecuado para un puesto de trabajo. Dejar tu propia presentación en manos de un tercero es muy arriesgado, te puede hacer un mal favor inintencionadamente, transmitiendo una imagen de ti que no es la que deseas.

2) No des nada por hecho. El seleccionador te podrá incluir en el proceso de selección como un nuevo candidato, pero, una vez dentro, deberás superar todas las fases como uno más. Prepara bien las entrevistas, infórmate bien del puesto, cambia el “chip” y hazte a la idea de que no llevas ventaja. Psicológicamente te ayudará el no sentirte “especial”. Tú comentas que te has quedado a veces a las puertas de conseguir un puesto por culpa de un “enchufado” y yo te diré que he visto muchos casos en que candidatos en estas circunstancias, tan confiados, dando por hecho que tenían el puesto asegurado, se han desinflado  al saber que no han sido los elegidos, por haber subestimado al adversario: bien sea al seleccionador, bien sea al resto de candidatos que competían por el mismo puesto.

Te deseo mucha suerte y espero que, aunque consigas el puesto, no dejes de escribirme. Ya sabes que, si puedo seguir ayudándote con mis consejos, así lo haré.

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